Borracho de tus ojos,
me bebo la bruma de tu pecho,
despliego los brazos de mi arco iris
y te envuelvo con la lluvia
de mi ardiente corazón.
Y las gotas que de mí se desprenden
caen sobre ti y van avivando tus ascuas
y, luego, cuerpo contra cuerpo
en el favor del viento,
las llamas se levantan
y un humo pasajero nos envuelve
y nos protege para siempre
de todas las alimañas
que nos rondan impacientes.
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2 comentarios:
ESTIMADO RAFAEL:
DESPUÉS DE LA INVERICUNDIA DE POESÍA QUE HAS ESCRITO, ME DUELEN LOS ADENPRIOS MÁS SANOS DE TENER QUE ESCRIBIRLE, MUJER DESFANECIDA POR TU LAUDO, ESCRITO TRABAJO HERCÚLEO DE POESÍA,EXPERIENCIAS INEDITAS DE UN HOMBRE DE GARAÑON QUE TIENE DOLENCIA DE JUGLAR ENAMORADO, QUIÉN ES ESTA VEZ LA MUSA, QUE HA CAÍDO ENTRE SUS GARRAS DESVANECIDAS DE DESEO CARNAL.
UN SALUDO.
MARIOLA
¡Ay!, querida amiga: musas hay muchas y se van volando... Lo que me gusta es el comentario que has hecho con un gracejo y un vocabulario digno de un poeta mordaz y jaculatorio... Un abrazo.
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