miércoles, 31 de agosto de 2011

PARA SALVAR LA VIDA

                                (Amapolas, mayo de 2011)
La ocasión lo merece,
arrancarte los impulsos del corazón,
morderte con pasión
para sacarte del pecho los gemidos,
todos los alientos que sofocan el alma,
y hacerte un impío,
un ser sin sentimientos
que pueda guerrear en todas las batallas;
dejarte sin ninguna resistencia,
y horadar el cielo,
llenarse de intenciones malditas
y, sufriendo tu propio arrojo,
saltar sobre los deseos
más escondidos
y vestir el hábito de todos los diablos.

Y combinarse con otros,
horas de águila o de pez,
raíz de madreselva o soplo de diente de león.

Abrazarse a una cruz que se te queda grabada
o te clava en lo más alto y, desde allí, ves
cómo revienta el ocaso.

¡Salvar la vida!, ese es el primer avatar
que has conseguido
o que vas a perder para siempre.

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