miércoles, 13 de enero de 2010

DÍAS DE POESÍA Y NIEVE

CANTO PARA UN AMOR EN FUGA
Desde mi atolón me sumerjo en las profundidades de tu mar más insondable,
donde moran seres maravillosos, que habitan en cuevas llenas de tesoros vegetales,
y ardientes peces que descargan con furia todo el vigor que acumularon durante siglos.

Abandono las islas y sus enormes palmeras cargadas con exquisitos dátiles,
que abonan con su carne los encuentros más ardientes.

Me alejo de las calurosas arenas que enloquecen kilómetros de playas
donde se goza con los movimientos más exaltados del arrebatado amor.

No quiero sino sumergirme en tus prodigiosas aguas, rodear a nado tu vientre
una y otra vez hasta agotar todas las energías que aún sigo acumulando.
Nada puede desgastarlas, nada consumir lo que es para ti sola.

Ya toco fondo. Una suave corriente hace que me deslice al compás de algas
que entonan sinfonías dichosas para infantas enamoradas.
Nado desesperadamente y quisiera que una tropa de disciplinados soldados
me atara, cual Ulises, para no enloquecer ante tanto deleite
como a tu alrededor sin dilación se esparce.

Cientos de melodías ensalzan tu hermosura, tu delicada piel de princesa,
la luz perenne de tus ojos, el tacto de tus manos, la voz que acoge,
tu corazón en flor que late como si cada día naciera una nueva primavera.

Enloquezco; ya no quiero respirar aire, sólo deseo habitar como hombre-pez
en las entrañas del océano que para siempre te retiene,
y te retendrá hasta que el infierno queme las cadenas que me den la libertad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Rafael,
dueño de Babel...
yo digo como aquel,
te quedarás sin rosa ni clavel...