Cuando
pase el tiempo
y hasta los pájaros
hayan olvidado su canto,
cuando el cielo ya no sea
cielo
sino una nube arrugada en un
páramo,
cuando todo se haya esfumado,
entonces vendré con ímpetu
para hacer lo imposible,
la creación pura e
indivisible,
el resurgir de la nada,
componer en las cenizas,
dibujar sobre la niebla,
imprimir sentimientos
en páginas blancas,
en ocasos que arden o se
esfuman
como humo de sarmientos.
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