sábado, 5 de noviembre de 2011
EN ROQUETAS DE MAR
Los tesoros salvados de la mar
me llevo en las espaldas:
unos fragmentos de conchas rotas
que semejan colmillos
y unas rocas con bellas tonalidades
mientras guardan en su piel
el tesoro del agua.
En el fondo de mis ojos
el rumor de la espuma
y sobre mis labios
el gusto fresco del salitre.
La bruma del horizonte
me desdibuja la curva de la bahía,
pero me sumerjo en el cosmos
sin ataduras de la gaviota
que posee el cielo.
A mis costados, las ninfas me muestran
sin pudor sus pechos desnudos,
como manzanas al amanecer.
Rompe el mar en la arena
y retrocede con gallardía,
sabiéndose dueño
del corazón del océano.
(Publicado en la revista TROLORORLO septiembre 2011)
me llevo en las espaldas:
unos fragmentos de conchas rotas
que semejan colmillos
y unas rocas con bellas tonalidades
mientras guardan en su piel
el tesoro del agua.
En el fondo de mis ojos
el rumor de la espuma
y sobre mis labios
el gusto fresco del salitre.
La bruma del horizonte
me desdibuja la curva de la bahía,
pero me sumerjo en el cosmos
sin ataduras de la gaviota
que posee el cielo.
A mis costados, las ninfas me muestran
sin pudor sus pechos desnudos,
como manzanas al amanecer.
Rompe el mar en la arena
y retrocede con gallardía,
sabiéndose dueño
del corazón del océano.
(Publicado en la revista TROLORORLO septiembre 2011)
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